Las micotoxinas en el alimento para mascotas: Los riesgos para los perros
Por Dr. Max Hawkins
La presencia de las micotoxinas en los alimentos para mascotas ha estado en el foco de atención debido a incidentes recientes a nivel internacional. La buena noticia es que existen tecnologías que abordan este peligro para nuestros queridos animales de compañía.
La amenaza de las micotoxinas no es nueva para el sector de los animales de compañía. Sin embargo, nunca antes había sido una preocupación tan frecuente y generalizada. Más recientemente, su peligro real en el alimento para mascotas se hizo evidente cuando más de 70 perros murieron y otros 80 enfermaron en los Estados Unidos, debido a una contaminación por aflatoxinas. Esto obligó un retiro masivo de productos alimenticios, después de que se determinó que esa contaminación fue el origen del problema, confirmado por la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA, por sus siglas en inglés) de los Estados Unidos en el 2021.
A pesar de que los fabricantes de estos alimentos ponen en práctica estrictas medidas de calidad e inocuidad a la hora de seleccionar sus ingredientes –e incluso con análisis precisos para detectar la presencia de micotoxinas en las materias primas y en el producto terminado–, puede ser difícil saber con precisión qué podría esconderse en estos componentes aparentemente seguros.
Cuando en la industria se intenta detectar con exactitud las micotoxinas, pueden presentarse problemas en el procesamiento de los granos, en las pruebas de análisis de detección, en las interacciones sinérgicas o en las condiciones de almacenamiento. Un suceso alarmante como esta reciente contaminación por aflatoxinas, confirma que los productores de granos y de alimento balanceado deben conocer cuáles son las micotoxinas que pueden encontrar con más frecuencia, cuáles son las amenazas que estas representan y cuál es la mejor forma para abordarlas.
¿Qué son las aflatoxinas?
Las micotoxinas son sustancias producidas por mohos u hongos. Mientras que las aflatoxinas, en concreto, son metabolitos de mohos de color verde-amarillo llamados Aspergillus flavus, el cual comprende cuatro cepas distintas: B1, B2, G1 y G2. La más toxica de estas es la aflatoxina B1, que es cancerígena y que puede tener efectos adversos en la función hepática y en la respuesta inmune.
¿Dónde crecen las aflatoxinas?
El Aspergillus flavus puede crecer en un rango de temperatura de 12.2 a 47.8°C, siendo los 37°C la temperatura óptima para su crecimiento. Para su desarrollo se requiere una humedad baja, siendo favorable de 13 a 13.2%.
Generalmente las aflatoxinas se encuentran en el maíz, en la semilla de algodón, en el cacahuete (o maní), en las almendras y en los subproductos derivados de estos. Así, el maíz es uno de los ingredientes del alimento para perros que representa un mayor riesgo para ellos.
Un reporte reciente de la Encuesta de la Cosecha de Verano de Alltech, realizada en los Estados Unidos, señala que los cambios en los patrones meteorológicos de ese país, han generado una situación insólita en la que se han encontrado niveles más altos de lo normal de aflatoxinas en muestras de maíz (aparte de las zonas normales de alto riesgo). Eso representa en la actualidad una serie de nuevos desafíos para los fabricantes de alimentos para mascotas, que deberán tenerlos en cuenta a la hora de seleccionar sus ingredientes.
El Aspergillus flavus puede infestar la planta del maíz a través de la polinización de la seda (afectando al grano) y a través de sus hojas y tallos dañados por insectos y por fenómenos meteorológicos (como los fuertes vientos o las granizadas). La infestación puede darse de forma amplia en el campo, pero con más frecuencia afecta a aquellas zonas en las que las plantas están sometidas a un mayor estrés.
Resulta difícil la detección de las aflatoxinas en el grano del maíz, ya que podrían incluso estar presentes en los granos de un cargamento. Por lo que cuando se realizan análisis de micotoxinas de los ingredientes recibidos, es necesario tomar varias muestras combinadas para identificar con precisión los riesgos potenciales.
El maíz almacenado debe ser secado a un nivel de humedad menor al 14%, y debe controlarse de cerca el crecimiento de mohos o el daño producido por insectos. Una buena práctica es revisar el grano que ingresa y/o sale del almacén para retirar aquellos que se encuentren dañados y rotos (que pueden ser una fuente principal no solo de aflatoxinas sino también de otras micotoxinas).
Además de la amenaza de los granos enteros sin procesar, los fabricantes de alimento balanceado deben tener en cuenta el mayor riesgo que representan los altos niveles de micotoxinas que pueden encontrarse en los cereales elaborados con productos como el salvado, que suele incluirse con frecuencia en el alimento para mascotas.
Signos de micotoxinas en perros
Si bien ninguna persona que tiene una mascota quisiera ni imaginar el daño que las micotoxinas podrían ocasionarle, es importante que conozcan sus signos para tomar medidas rápidas cuando es necesario. Uno de los principales indicadores de que un perro ha ingerido un alimento contaminado por micotoxinas es la insuficiencia hepática, la cual puede producirse ya sea por una exposición aguda o crónica. Otros signos comunes incluyen:
- Vómitos y pérdida de apetito
- Pérdida dpeso
- Letargo
- Diarrea
- Sistema inmunológico débil
- Problemas respiratorios
- Temblores
- Palpitaciones cardiacas
- Ictericia
Las aflatoxinas son uno de los grupos de micotoxinas considerado como uno de los más potentes carcinógenos conocidos. Una exposición a largo plazo puede provocar la muerte, causando un dolor irreparable para la familia de la mascota.
Si su perro presenta alguno de esos signos clínicos, entonces es necesario llevarlo donde su veterinario lo antes posible. Además, se recomienda tomar una fotografía de su alimento y anotar el número de lote del producto como referencia.
¿Cuáles son los reglamentos a nivel global para las aflatoxinas?
La FDA regula los niveles de aflatoxinas en los ingredientes del alimento balanceado y en la alimentación. El límite reglamentario actual para los animales de compañía (perros, gatos, conejos, etc.) es de 20 ppb.
Esto representa un desafío importante, ya que en el 2020 no solo crecieron en los Estados Unidos las zonas geográficas en las que crecen las aflatoxinas, sino también fue mayor su impacto en la producción total de maíz. Así, con un rendimiento disminuido se necesita transportar mayores cantidades de maíz alrededor del país, lo que aumenta el riesgo potencial del maíz en el alimento de perros.
Mitigando la amenaza de las micotoxinas
Para detectar, manejar y mitigar la amenaza de las micotoxinas en la fabricación de alimento balanceado, y para prevenir su impacto negativo en las mascotas; se aconseja a los fabricantes adoptar un programa de manejo de micotoxinas integral (para que se pueda determinar y controlar los riesgos en cada fase de la cadena de suministro). Tecnologías de última generación para la detección de micotoxinas –como la prueba de análisis Alltech 37+® o el sistema de análisis en tiempo real Alltech® RAPIREAD™– pueden contribuir en la identificación del riesgo de micotoxinas y permitir la adopción de las medidas necesarias de control.
Se recomienda a los dueños de mascotas, siempre que puedan, que soliciten al fabricante información sobre su programa de análisis de micotoxinas y sobre su plan de mitigación.
Con un enfoque integral de manejo de micotoxinas, el sector de alimentos para animales de compañía puede evitar que se repita el reciente retiro de sus productos. De esta manera, las familias puedan estar tranquilas de que no tendrán que afrontar la pérdida de su querida mascota.
Para más información sobre este tema, contacte al representante de Alltech de su país o visite nuestra web knowmycotoxins.com/es.
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