Enteritis Necrótica
¿Qué es la enteritis necrótica?
La enteritis necrótica (EN) es una enfermedad del intestino que con frecuencia afecta a las parvadas comerciales de pollos de engorde de todo el mundo. Esta enfermedad se caracteriza por presentar tejidos y lesiones necróticas, e inflamación del tracto gastrointestinal. Además, puede conllevar altas tasas de mortalidad –principalmente en las aves jóvenes–.
¿Cómo afecta la enteritis necrótica a la industria avícola mundial?
La incidencia de la enteritis necrótica a nivel global varía mucho, pero se calcula que afecta hasta al 40% de las parvadas comerciales de pollos de engorde. Por lo que su impacto en la industria avícola mundial abarca tanto aspectos económicos como de bienestar animal.
Los efectos de la enteritis necrótica en la salud y el desempeño de las parvadas van a depender de la forma de la afección: clínica o subclínica. Mientras que la primera con frecuencia provoca altas tasas de morbilidad y de mortalidad, en la segunda los daños pueden ser menos perceptibles y suele afectar el crecimiento y la tasa de conversión alimenticia.
Por lo tanto, la enteritis necrótica en la forma subclínica puede presentarse con mayor frecuencia y, en consecuencia, tener un mayor impacto en la industria avícola a nivel mundial.
Se estima que en todo el mundo, la enteritis necrótica representa un costo de aproximadamente US$ 0.05 por pollo y US$ 2 mil millones de pérdidas por año.
¿Qué causa la enteritis necrótica aviar?
La enteritis necrótica es una enterotoxemia aguda (una infección) causada por Clostridium perfringens (una bacteria Gram-positiva) tipo A y tipo C.
El Clostridium perfringens es una bacteria ubicuitaria, por lo que es normal que se encuentre presente en el tracto gastrointestinal de los pollos y los pavos sin causar enfermedad. De este modo, los brotes clínicos de esta enfermedad se deben a las interacciones de este microorganismo con factores predisponentes.
Si bien no están claramente definidos los mecanismos de virulencia de Clostridium perfringens, se conoce qué tipos de toxinas generalmente causan la patogénesis. La incidencia de la enteritis necrótica aumenta cuando se presenta cualquier alteración –ya sea física o química– que favorezca la colonización del intestino por Clostridium perfringens. Esto puede provocar daño a la mucosa intestinal, colonización a nivel de enterocitos y secreción de enzimas; lo que trae como consecuencia daños a la barrera intestinal.
Entre los factores que influyen en la velocidad de crecimiento bacteriano de Clostridium perfringens se encuentran: la composición de la dieta, el estrés en las aves, los tratamientos médicos previos, la velocidad de paso del alimento, la presencia de micotoxinas, el estado inmune de los animales o una infección simultánea con otros patógenos (como alguna especie de Eimeria o virus).
¿Cuáles son los signos y las lesiones más comunes de la enteritis necrótica?
Los signos clínicos de la enteritis necrótica en las aves comerciales pueden variar en función de la forma en la que se presenta esta enfermedad: clínica o subclínica (siendo los casos en la forma subclínica los que aparecen con mayor frecuencia y son considerados la principal causa de las pérdidas económicas en la industria avícola).
Los signos clínicos de la enteritis necrótica pueden abarcar desde cuadros no específicos hasta aves deprimidas, plumas erizadas, disminución del consumo de alimento, anorexia, deshidratación, apatía, diarrea y muerte. Mientras que las lesiones macroscópicas en el tracto gastrointestinal se pueden presentar principalmente en el yeyuno y en el íleon, aunque también se pueden encontrar –en menor grado– en el duodeno y en los ciegos. El intestino puede encontrase friable, frágil, hinchado por gas y con hemorragia. Además, la mucosa del intestino puede estar cubierta por un tipo membrana de color amarillo, blanco o verde (descrita a menudo como una “toalla turca” por su apariencia).
Por otro lado, se ha comprobado que la colangiohepatitis y la hepatitis son consecuencia del ingreso de Clostridium perfringens a la circulación portal y a los conductos biliares. Esto finalmente genera necrosis tanto en el hígado como en los conductos biliares.
¿Cómo prevenir y tratar la enteritis necrótica?
Se puede reducir la incidencia de la enteritis necrótica aviar si se abordan los factores predisponentes de esta enfermedad:
- Mantener la integridad intestinal y la diversidad microbiana: Si bien se utilizan en la industria dosis sub-terapéuticas de ionóforos y de otros antibióticos para prevenir la sobreproliferación de Clostridium perfringens y ayudar a modular la microbiota intestinal, estos están siendo reemplazados cada vez más por soluciones nutricionales naturales. La inclusión en las raciones de estos últimos productos de exclusión competitiva representa una alternativa efectiva para establecer una microbiota intestinal beneficiosa en las aves comerciales. Esto ayuda a disminuir la incidencia de enteritis necrótica y a reducir las tasas de morbilidad y mortalidad asociadas con esta enfermedad.
- Incluir ingredientes de buena calidad en las raciones: Se recomienda el uso de materias primas de óptima calidad para la formulación del alimento balanceado, y reducir o prescindir de componentes de la dieta que puedan favorecer la incidencia de enteritis necrótica.
- Utilizar aditivos alimentarios: También puede ayudar a prevenir la enteritis necrótica la inclusión de aditivos alimentarios en las raciones: como prebióticos, probióticos, postbióticos, ácidos orgánicos, enzimas o minerales traza orgánicos (como el zinc y el selenio).
- Adoptar un programa integral de prevención de coccidiosis: Las coccidias contribuyen considerablemente con la incidencia de la enteritis necrótica. Por lo que para el control efectivo de esta enfermedad es fundamental la adopción de estrategias para prevenir la coccidiosis aviar.
- Implementar buenas prácticas de manejo: Es importante adoptar adecuados protocolos de bioseguridad, de limpieza y desinfección, de control de plagas o de eliminación rápida de aves muertas. Además, es clave mantener una cama de buena calidad y asegurar el acceso a alimentos de óptima calidad y a agua limpia. Estos son aspectos esenciales para proteger la salud de la parvada –de manera que se reduce el riesgo de enfermedades y se previene la incidencia de enteritis necrótica–.